Niños geniales
Y para la ocasión Le Petit Lunetier se calzó sus más bonitas alpargatas, para pasar un día lleno de risas y vitamina D en compañía de Elza y su madre.
En el programa: piscina, pistolas de agua y chapoteo. Un día ajetreado para Elza, bien protegida con sus gafas Le tout Petit Lunetier.
Pero este día no habría sido tan perfecto si Elza no hubiera insistido en que aprendiésemos su última coreografía, puntuada por la risa de su madre (probablemente porque teníamos el ritmo en la piel).